El presidente de la Mesa Directiva, Francisco Erik Sánchez Zavala, presentó iniciativa en beneficio del campesinado morelense, toda vez que amplía el tipo y endurece las sanciones al delito de robo de frutos y maquinaria agrícola.
La iniciativa modifica el artículo 174 BIS del Código Penal para el Estado de Morelos, para endurecer las sanciones a quien se apodere de frutos cosechados o por cosechar, o producto de las plantas, o de algún instrumento o maquinaria de labranza, o de alambre utilizado para cercar, o de sus postes, o de colmenas, o de abejas o sus productos, con ánimo de dominio y sin tener el consentimiento de quien legalmente lo pueda otorgar, ya sea en el lugar en que se cultiven, produzcan, almacenen.
Tales sanciones propuestas van de prisión de un año a cuatro años (actualmente es de seis meses a tres años) y multa de uno a diez días de salario, si el importe de los frutos robados no excede de la suma de 30 unidades de medida y actualización (UMA) vigentes; prisión de dos a cinco años (es de uno a cinco años) y multa de cinco a 50 días de salario, si el importe de los frutos robados excede de la suma de 30 días de UMA vigentes, pero no de 200. Y con prisión de cuatro a nueve años (es de tres a ocho años) y multa de 15 a 150 días de salario si el importe excede 200 UMA.
No habrá sanción por una única vez a quien robe solo lo necesario para su alimentación personal o de su familia y cuando el valor de los frutos robados no rebase de cinco unidades de medida y actualización vigentes, sea restituido por el responsable espontáneamente y pague éste todos los daños y perjuicios.
La propuesta que el legislador panista presentó en la sesión ordinaria de este martes, explica la gravedad del robo hormiga y el robo en tránsito de los frutos del trabajo de los campesinos, así como de la maquinaria e implementos de labranza.
Esa situación afecta fuertemente la economía del sector agropecuario y se traduce en mayores precios de venta al consumidor, lo que implica un daño generalizado para los morelenses.
Representa un grave problema social, al afectar a pequeños productores que tienen como única propiedad sus animales, sus cosechas o la incipiente maquinaria agrícola que han adquirido con los ahorros de toda su vida.
Además, es una limitante para que nuestro país y estado alcance la autosuficiencia alimentaria, pues significa una sangría para los productores de todos tamaños.
“El robo en el sector agropecuario se ha convertido en una plaga que afecta al campo mexicano en casi todas las entidades del país. En muchos lugares es ya una práctica común y en varios estados y a nivel federal existen iniciativas para intentar enfrentarlo”, dijo Paco Sánchez al urgir a sus homólogos a tomar cartas en el asunto.
El robo de frutos se da en la modalidad “hormiga” sobre todo en los plantíos de árboles frutales y por medio del asalto a camiones que transportan la cosecha hacia los mercados, y de igual manera se reporta un impacto grande por robos de productos apícolas, robo de colmenas, abejas o sus productos. Y a este tipo de delitos, que incluye el robo de maquinaria e implementos agrícolas, no se le da la misma importancia como a los homicidios dolosos o feminicidios.